Vayamos donde vayamos, hay ciertas medidas que debemos tener en cuenta para preservar nuestra salud. Por ejemplo, hacer una escapada al sur del país o una ruta por el norte, visitar la Costa Blanca o las Rías Gallegas, no nos exime de tomar ciertas medidas, como las que nos propone el Ministerio de Sanidad, para poder disfrutar de las vacaciones con total seguridad. Y si nuestro destino está en un país extranjero, tenemos que aumentar aún más las medidas de seguridad. Seguro que en más de una ocasión has escuchado hablar de las enfermedades tropicales, ¿verdad?
¿Qué es una enfermedad tropical?
“La denominación de enfermedades tropicales, se la debemos a los ingleses y data de los tiempos en que las grandes potencias europeas tenían colonias en ultramar. Se trata de enfermedades infecciosas con una alta prevalencia en zonas tropicales y subtropicales, favorecidas por condiciones como el calor y la humedad”, nos cuenta la doctora Raisa Morales, médica adjunta del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona, especialista en Salud Internacional y Medicina del Viajero y coordinadora del grupo de Expertos en Atención al Viajero de SEMTSI (Sociedad Española de Medicina Tropical y Salud Internacional).
La doctora Morales nos explica que las enfermedades tropicales pueden tener varios orígenes: “desde enfermedades infecciosas causadas por parásitos como la malaria (también conocida como paludismo) a aquellas que son provocadas por un virus, como es el caso del dengue y la fiebre amarilla o, no menos importantes, las enfermedades debidas a un saneamiento deficiente, es el caso de las transmitidas a través de agua y alimentos contaminados”. En este sentido, añade que “las zonas de mayor riesgo a la hora de contraer una enfermedad tropical son aquellas con recursos económicos muy escasos, como muchas zonas de países subsaharianos, del subcontinente indio y de algunos países de Latinoamérica”.
A pesar de que la zona es un factor muy importante, la doctora Morales nos asegura que el riesgo también depende de otros factores, como la salud de la persona, el tipo de viaje y las actividades que realice durante el mismo: “El riesgo será diferente en una semana de viaje programado y en buenos hoteles que al hacer una ruta con mochila y tener contacto directo con personas locales, incluso alojarse en sus casas particulares aunque el país al que se viaje en ambos casos sea el mismo”.
Sea como sea, es importante “contar con un carnet de vacunación”, puesto que, además de que muchos países lo solicitan como registro de entrada, “también puede ser un gran apoyo en caso de sufrir algún accidente y tener que visitar un hospital”.
Morales comenta que “más allá de las medidas inmunoprevenibles, existen muchos otros problemas de salud que también es importante tener en cuenta”:
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Tener una visita previa al viaje con un especialista en medicina del viajero: es aconsejable programar una visita médica entre cuatro y seis semanas antes de la fecha de partida, para realizar una correcta vacunación y recibir asesoramiento si se pertenece a un grupo que pueda ser más vulnerable ante los riesgos- mujeres embarazadas, niños, personas de edad avanzada, personas con enfermedades crónicas-. El profesional también aconsejará cómo evitar o minimizar los efectos de problemas como el Jet Lag, el síndrome de la clase turista y sobre normas higiénico-sanitarias a seguir en el país al que se viaja.
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Otra cuestión sobre la que también nos puede aconsejar el especialista es la prevención de picaduras de insectos (como mosquitos o moscas) que pueden ser vectores de transmisión de enfermedades infecciosas. Para ello, es importante contar con repelentes de insectos, telas mosquiteras u otro tipo de protección adicional como ropa que cubra zonas del cuerpo.
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Contar con un seguro médico que nos ofrezca respuesta inmediata ante cualquier imprevisto.
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Alerta post viaje: de nuestra aventura podemos traernos “compañeros indeseados”. La doctora recomienda estar alerta de cualquier cosa que “no vaya como debería” y recomienda visitar al especialista “ante un síntoma, ya sea a nivel gastrointestinal, cuadro febril o bien lesiones en la piel” que pudiera surgir tras el viaje.
Siguiendo esta línea, la doctora concluye con la frase de Lao-Tse, en la que asegura que “un viaje de mil millas comienza por el primer paso” y añade que “el médico debe convertirse, ante cualquier viaje, en nuestro aliado inseparable tanto antes como después del viaje” con el objetivo de hacer que la experiencia sea positivamente inolvidable.
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La finalidad de este contenido es únicamente informativa y no ofrece asesoramiento médico. En caso de duda, por favor, acuda a su médico