En 1977, Sir Austin Bide, presidente de Glaxo desde 1973 a 1985, colocaba la primera piedra de la futura fábrica de GSK en Aranda de Duero. Un año antes, el laboratorio de control de la futura factoría se instalaba en el Convento de las Francesas en Aranda de Duero para formar al personal técnico.
Este 2018 se cumplieron 40 años del establecimiento de GSK en Aranda de Duero y de su actividad innovadora y liderazgo en la producción y suministro de productos farmacéuticos. Según la directora del centro, Carolina Sánchez-Céspedes, uno de sus principales hitos ha sido seguir creciendo año tras año, manteniendo la calidad de los productos.
Para conseguirlo, se han incorporado importantes e innovadoras tecnologías, como el Almacén de Gran Altura, en 1998, totalmente automatizado, que permite gestionar más de 300.000 movimientos anuales o la construcción del edificio EAGLE, en 2007, con el que GSK Aranda amplió su capacidad productiva
Para conseguirlo, se han incorporado importantes e innovadoras tecnologías, como el Almacén de Gran Altura, en 1998, totalmente automatizado, que permite gestionar más de 300.000 movimientos anuales o la construcción del edificio EAGLE, en 2007, con el que GSK Aranda amplió su capacidad productiva
La fábrica, inaugurada en 1978, solo trabajaba para el mercado español. En ese momento ya se producían cremas, jarabes, antibióticos inyectables, antibióticos orales, lociones, aerosoles y capilares. En 1982, la fábrica alcanza la cifra de 3,5 millones de unidades de producción y una década más tarde, inicia sus primeras exportaciones. El centro ha evolucionado enormemente desde entonces: ahora, el 95% de lo producido se exporta, se cuenta con casi 600 trabajadores y se fabrican alrededor de 179 millones de unidades al año.
A lo largo de estos años, los logros han sido muchos, pero la directora recuerda especialmente uno de ellos.
Una fecha clave para este centro: 1981, el año en el que comenzamos a fabricar uno de los medicamentos más prestigiosos y reconocidos de GSK en el sector de respiratorio
Se trata de uno de los inhaladores para pacientes con asma más importantes del mercado y uno de los productos más emblemáticos de GSK en España. Aunque la factoría se conoce por su papel en el área de respiratorio, también se dedica a la fabricación de comprimidos para combatir enfermedades como el párkinson, el VIH, el herpes, el tratamiento del dolor o la úlcera gástrica.
La innovación responsable impregna Aranda
La innovación en la fábrica de Aranda se manifiesta a través de nuestra posición como centro de producción encargado del lanzamiento de nuevos productos, especialmente en el área oncológica y el área de tratamiento del VIH
La compañía está comprometida con la innovación responsable y es que esta no solo se focaliza en la investigación de medicamentos y vacunas, sino que forma parte del ADN de GSK.
Por ello, la innovación también está presente en la forma en la que se trabaja en el centro.
Estamos desarrollando un proyecto piloto para la implantación de sistemas automatizados en el laboratorio: el proyecto LES; y, al mismo tiempo, trabajamos en la hoja de ruta electrónica para que toda la documentación de un lote esté completamente informatizada
La seña de identidad de GSK Aranda
Sin duda, los empleados han sido una pieza clave en el engranaje de la fábrica. Las personas han sido, son y serán el valor diferencial de GSK Aranda de Duero, porque sin ellos no hubiera sido posible celebrar estos 40 años de investigación, desarrollo e innovación responsable.
Mirando hacia el futuro, Carolina Sánchez-Céspedes tiene claro que el reto de GSK Aranda de Duero es seguir siendo una factoría de referencia en las 2 formas farmacéuticas del área de respiratorio: líquidos inhalados y aerosoles, y manteniendo la capacidad estratégica en el área de comprimidos. “Creemos que, manteniendo los altos índices de calidad, seguridad, servicio y coste que presentamos actualmente, lograremos ser competitivos y estar listos para nuevas oportunidades en el futuro”.
Celebrar 40 años de actividad es un reconocimiento a todas y cada una de las personas que han formado y forman parte de esta planta de producción. El compromiso, flexibilidad y pasión que demuestran las mujeres y hombres que han trabajado y trabajan en nuestra planta son la clave de nuestra evolución año a año y son nuestra seña de identidad
Creemos que, manteniendo los altos índices de calidad, seguridad, servicio y coste que presentamos actualmente, lograremos ser competitivos y estar listos para nuevas oportunidades en el futuro