Hablamos con el Doctor Alberto Ruano, profesor titular de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad de Santiago de Compostela y experto en la epidemiología del cáncer, especialmente en la carcinogénesis de origen ambiental y la causada por el gas radón.
Se contempla la asociación de ciertos cánceres a agentes externos y usted como profesional lo confirma. El cáncer de pulmón se asocia a los humos diésel o el gas radón, por ejemplo. ¿Cómo se relacionan estos factores?
Efectivamente, podríamos dividir los cánceres en dos grandes tipos. Por un lado, los tumores en los que tiene un papel fundamental la carga biológica; por otro lado, aquellos que se deben al estilo de vida del paciente: el entorno en el que vive, el sector profesional al que se dedica o los hábitos que tiene, entre otros muchos factores de riesgo. En este último grupo encontramos el cáncer de pulmón o el de vejiga, por ejemplo.
El cáncer de pulmón es uno de esos casos relacionados con los hábitos del paciente, ya que está muy vinculado al consumo de tabaco.
Bien, el consumo de tabaco, si bien puede desarrollar, principalmente, cáncer de pulmón, también es causante de otros tipos de tumores como el de faringe, oral, estómago, laringe o vejiga, entre otros muchos.
¿El hábito de vapear en lugar de fumar tabaco puede tener las mismas consecuencias?
Es una tendencia muy reciente para tener evidencias firmes. Pero sí sabemos que el vapeo produce inflamación pulmonar y que, a largo plazo, la inflamación pulmonar puede desencadenar enfermedades como la epoc que, a su vez, se convierten en factores de riesgo para un futuro cáncer de pulmón.
Pero el tabaco no es el único agente que tiene estas consecuencias.
Cuando hablamos de ‘estilo de vida’ también hablamos de cáncer de tipo ocupacional. Son los tumores que pueden estar provocados por una exposición de largo tiempo a elementos como el gas radón, que también es uno de los principales causantes del tumor pulmonar. De hecho, se estima que el 25% de los europeos están expuestos a un carcinógeno en su entorno laboral, ya sea a motores diésel, al amianto, diversas industrias...
Cuando hablamos de ‘estilo de vida’ también hablamos de cáncer de tipo ocupacional. Son los tumores que pueden estar provocados por una exposición de largo tiempo a elementos como el gas radón, que también es uno de los principales causantes del tumor pulmonar
Otros factores como la contaminación también tienen consecuencias en la salud de los pacientes.
Estudios recientes hablan del vínculo existente entre la contaminación ambiental y el cáncer de pulmón. De hecho, la IARC (International Agency for Research on Cancer o Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer por sus siglas en castellano) ha declarado como carcinógenos humanos la exposición a humos de motores diesel y la propia polución ambiental.
Uno puede pensar que si las micropartículas contaminantes no se ven, no nos afectan.
Cuando hablamos de contaminación ambiental, una parte es materia particulada fina, capaz de pasar al torrente sanguíneo y distribuirse a todo el organismo.
Entonces, ¿la genética de cada paciente puede jugar un papel importante?
Así es. La variabilidad individual es muy importante. Hay tumores con mayor carga genética. En algunos tumores podemos encontrar genes que vienen heredados, como el BRCA1 o BRCA2 con un papel relevante en el cáncer de mama o el de ovario. En otros tipos de tumor entra en juego la exposición ambiental y la susceptibilidad genética de cada uno.
A nivel individual, al entrar en contacto con los agentes externos, lo que ocurre es que podemos tener mayor o menor facilidad para absorberlos y que los agentes nocivos del tabaco interaccionen con el ADN. Esto hace que una persona expuesta a la misma concentración de carcinógenos pueda tener un efecto diferente. Es decir, no todo el mundo ‘metaboliza’ igual los carcinógenos y no todos los organismos tienen la misma capacidad para reparar, a posteriori, el ADN dañado.
Podemos tener mayor o menor facilidad para absorber los agentes externos y que estos interaccionen con el ADN. Una persona expuesta a la misma cantidad de carcinógenos puede tener un efecto diferente a otra; no todo el mundo ‘metaboliza’ igual los carcinógenos y no todos los organismos tienen la misma capacidad para reparar, a posteriori, el ADN dañado
Minimizando o incluso eliminando la contaminación, ¿podríamos prevenir la aparición de algunos tipos de cáncer? En este mismo sentido, ¿se producen menos casos de cáncer en entornos rurales donde el aire, en principio, está menos contaminado?
Esta no es una fórmula que funcione en un país como España, en el que los niveles de la contaminación son bastante estables y bajos. Igual podría ser una afirmación veraz en países como China u otras regiones europeas en los que hay ciudades con una gran densidad de circulación y, por lo tanto, contaminación.
Según datos de la Red Nacional de Registros de Cáncer (REDECAN), en 2021 se diagnosticaron 276.000 nuevos casos de cáncer en España. ¿Qué porcentaje de estos tumores podrían evitarse si no hubiera exposición a los carcinógenos?
Es difícil estimarlo, pero me atrevería a decir que, si evitamos por completo el contacto con carcinógenos (algo muy difícil), incluyendo el tabaco, reduciríamos entre un 30% y 50% o quizá más el número de pacientes que sufren cáncer.
Si evitamos por completo el contacto con carcinógenos (algo imposible), incluyendo el tabaco, reduciríamos entre un 30% y 50% o más el número de pacientes que sufren cáncer.
A nivel numérico, ¿la tendencia de diagnósticos de cáncer anuales evoluciona al alza o a la baja?
Depende del tipo de tumor. De manera global, estamos en fase de ligero aumento (vinculada al envejecimiento poblacional). A medida que somos capaces de vivir más años, estamos más tiempo expuestos a carcinógenos. Un buen ejemplo es el que asegura que, si todos los hombres tuvieran 120 años, todos tendrían cáncer de próstata. Un dato tremendo es el del cáncer pulmonar en mujeres españolas. Desde 2003 ha aumentado un 120%. Es un fenómeno que en Estados Unidos empezó ya hace más de 30 años y es que allí las mujeres empezaron a fumar mucho antes.
De manera global, estamos en fase de ligero aumento de diagnósticos de cáncer, vinculado al envejecimiento poblacional. A medida que somos capaces de vivir más años, estamos más tiempo expuestos a carcinógenos.
¿Considera que se aplican las suficientes medidas para frenar el consumo de tabaco?
Considero que se trata de un fallo escandaloso de las políticas sanitarias que sigamos con las mismas cifras de consumo en mujeres que en el año 1993. Mientras que en la gran mayoría de países europeos hace años que están tomando medidas drásticas al respecto, en España el número de fallecidos por cáncer de pulmón es la suma de los fallecidos por cáncer de mama, próstata y colorrectal.
Hablando de prevención, ¿cuál es el tumor que requiere ahora mismo, según su punto de vista, mayor investigación para un pronto diagnóstico y prevención?
Sin dudarlo, el de pulmón. De todos modos, el cáncer de vejiga y el de páncreas están creciendo en diagnósticos. Por un lado, el de vejiga es un cáncer muy asociado al humo del tabaco y también a la ocupación y algo a la contaminación ambiental. Por otro lado, el del páncreas es bastante preocupante. Más letal incluso que el de pulmón y los factores de riesgo son bastante desconocidos por el momento.
Sobre cómo se desencadenan todos esos casos y el éxito de la curación, ¿qué tendencia se ha seguido a lo largo de los últimos años? ¿Qué papel ha jugado la investigación?
En líneas generales, la supervivencia en pacientes oncológicos ha mejorado mucho a lo largo de los últimos años. En España a nivel oncológico se hace muy buena investigación, principalmente financiada por la industria. La inmunoterapia ha supuesto un gran avance. A medida que mejoramos el conocimiento molecular del cáncer, avanzamos en la efectividad de los tratamientos.
A medida que mejoramos el conocimiento molecular del cáncer, avanzamos en la efectividad de los tratamientos.
La investigación es básica para el progreso en la búsqueda de soluciones. Pero, ¿qué papel tiene la sociedad?
Es evidente que la industria juega un papel muy importante en la investigación y más cuando la financiación pública de investigación es muy baja, pero sí es cierto que la sociedad juega un papel fundamental. Sin embargo, queda mucho camino por recorrer. En Estados Unidos, por ejemplo, existe CANSAR (Cancer Survivors Against Radon). España, por su lado, es el país que menos cánceres declara vinculados a la ocupación. En este punto, las inspecciones laborales tienen un papel importante para que se declaren los cánceres vinculados al puesto de trabajo y los políticos, por su parte, tienen la obligación de empujar nuevas leyes y directivas para frenar la exposición a agentes contaminantes.
La finalidad de este contenido es únicamente informativa y no ofrece asesoramiento médico. En caso de duda, por favor, acude a tu médico.