Consciente de la necesidad de afecto que requieren estos niños, GSK lleva más de diez años colaborando con el Programa Barretstown, desarrollado en la localidad irlandesa que lleva el mismo nombre. Hasta la fecha, GSK ha donado más de 6 millones de euros al programa y se ha comprometido a donar 1 millón de euros más en los próximos tres años.
Barretstown: mucho más que un voluntariado
El objetivo de Barretstown es ayudar a niños y jóvenes con enfermedades graves y permitir que disfruten de una estancia en los campamentos Barretstown. La mayoría de ellos, son niños con cáncer infantil. Estos campamentos forman parte de una comunidad global organizada por SeriousFun Children’s Network fundada por el actor Paul Newman en 1994. Barretstown fue el primer campo fuera de los EE.UU. y el tercero fundado por Newman. Han pasado más de 20 años desde que inauguraron los campamentos, pero su misión no ha cambiado: reconstruir las vidas de los niños afectados por patologías graves y devolverles la ilusión.
Marina Sicilia, del equipo de vacunas de GSK España, tuvo la oportunidad de unirse a esta buena causa gracias a la alianza que GSK mantiene con el programa Barretstown.
Marina pasó una semana como voluntaria en el campamento de Irlanda de Barretstown. Gracias a la experiencia que vivió, Marina ha cambiado totalmente su perspectiva.
Siempre me han gustado los voluntariados y las actividades con niños. Cuando se me presentó esta oportunidad, no dudé en apuntarme.
Comprendes que, aunque estén enfermos, siguen siendo niños que necesitan jugar y reírse. Te das cuenta de lo importante que es el hecho de que haya gente en sus vidas que les ayude a sonreír.
La importancia de la superación
Los campamentos Barretstown acogen, en una de sus modalidades, a niños de entre 7 y 14 años que padecen, no solo cáncer infantil, sino alguna otra enfermedad relacionada con hematología o con la inmunodeficiencia. También existen otros tres tipos de campamentos, dirigidos a adolescentes, a hermanos de niños que padecen cáncer y a padres de niños fallecidos por esta causa. Son campamentos hechos a medida para ellos.
Durante el voluntariado, realizamos actividades muy variadas: tiro con arco, canoas, escalada, montar a caballo, leer…No había tiempo para aburrirse
Barretstown ayuda a los niños y a sus familias a lidiar con los miedos emocionales y fisiológicos que surgen durante el tratamiento. A través de su programa, los niños vuelven a casa con mayor confianza, autoestima y las habilidades necesarias para seguir adelante con su recuperación. Marina recuerda con ternura cómo convencieron a un niño con cáncer infantil que se negaba a subirse a una canoa porque nunca antes había visto una.
Animamos a que dejara a un lado sus miedos y se superara a sí mismo. Son de esas anécdotas inspiradoras que te llenan mucho como persona.
Los valores que ha aportado esta experiencia de voluntariado a Marina son: el trabajo en equipo y el respeto hacia el ser humano, tanto entre monitores como en niños.
Muchas veces etiquetamos a las personas por su enfermedad y no por quiénes son. Aprendes a tratar a la gente tal y como es: con sus sentimientos, sus gustos, sus manías…
A día de hoy, los campamentos Barretstown acogen a niños de más de 13 países de Europa, Rusia y Estados Unidos. Gracias al gran apoyo que este proyecto ha tenido en España, se ha establecido una oficina en Madrid para coordinar mejor la colaboración con compañías como GSK.
Estoy muy agradecida a GSK por la oportunidad que me ha brindado. Gracias a ello, he creado un vínculo más estrecho con la compañía.