Este concepto hace referencia al conjunto de técnicas que permiten analizar, procesar y gestionar conjuntos de datos extremadamente grandes que pueden ser analizados informáticamente para revelar patrones, tendencias y asociaciones, especialmente en relación con la conducta humana y las interacciones de los usuarios.
El Big Data, pues, conlleva numerosos progresos y beneficios en varias industrias y sectores de actividad, ya que diariamente se generan cantidades masivas de datos a través de dispositivos portátiles, móviles, redes sociales y otros wearables tecnológicos. Ahora bien, ¿cuáles son las principales claves del Big Data en la industria farmacéutica?
Gracias a la recopilación de estos datos y los provenientes de registros electrónicos de salud, ensayos clínicos o informes de reacciones adversas espontáneas, las compañías farmacéuticas podemos aumentar la seguridad de los medicamentos, mejorar la investigación en fármacos, perfeccionar la eficiencia de los ensayos clínicos, así como colaborar con otras empresas para compartir innovaciones y datos. Y lo más importante: también supone una mejora en la seguridad y la atención de los pacientes en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades.
Además, en los últimos años las oportunidades que ofrece esta tecnología en la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos se ha multiplicado gracias al avance de la denominada medicina de precisión. Una disciplina que se apoya en la información del paciente, con el uso de sus datos tanto clínicos como moleculares y genómicos, para lograr una mayor efectividad de los tratamientos.
Sin embargo, aunque el uso adecuado del Big Data comporte un sinfín de ventajas para el sector de la salud, es necesario complementarlo con un adecuado marco normativo que ampare la reutilización de datos clínicos sobre la base de un modelo amplio de consentimiento de los datos personales de los pacientes.
Iniciativas de salud centradas en el Big Data
Hoy en día ya existen varias iniciativas para aprovechar y potenciar las grandes cantidades de información que se generan en el sector de la salud y farmacéutico. Uno de los principales ejemplos es el programa IMI Big Data for Better Outcomes (BD4BO), del que Farmaindustria forma parte junto a compañías farmacéuticas, asociaciones de pacientes e instituciones públicas.
Esta iniciativa tiene el objetivo de fomentar la evolución de los sistemas de salud hacia modelos basados en el valor y la medición de resultados. ¿Cómo? Utilizando los datos para dar respuesta a los problemas más frecuentes de enfermedades como el Alzheimer, la esclerosis múltiple o enfermedades cardiovasculares.
Por otro lado, la Comisión Europea también está trabajando en la creación de un Espacio Europeo de Datos de Salud para promover el intercambio de datos sanitarios para la investigación sobre nuevas estrategias preventivas, así como tratamientos y medicamentos para un mejor beneficio de los pacientes.
En GSK estamos convencidos de que la unión de la innovación tecnológica con la medicina aportará resultados muy beneficiosos para que juntos podamos adelantarnos a la enfermedad. Y es que, sin duda, el Big Data ha llegado para quedarse.