El ayer y hoy de la malaria

Cuando hablamos de malaria, hablamos de un viaje de miles de años al antiguo Egipto. Una época de la que se han conservado documentos en los que aparece la sintomatología vinculada a la enfermedad y nos demuestran que la malaria no es una infección moderna.

Uno de los más claros ejemplos es el Papiro Ebers de Egipto, que data de 1570 a.C, y en él se recogían síntomas como: fiebres altas, escalofríos, cefaleas y aumento del tamaño del bazo.

Aunque desde entonces los avances médicos para eliminar muchas enfermedades han sido enormes, actualmente la malaria sigue siendo una asignatura pendiente. Son numerosos los equipos médicos y farmacéuticos que siguen tratando de encontrar a diario una solución capaz de erradicar esta enfermedad a la que la mitad de la población mundial está expuesta y que cada año cuesta la vida a unas 600.000 personas. El 90% de los fallecimientos por malaria proceden de países en vías de desarrollo, como puede ser el África Subsahariana, siendo los niños y mujeres embarazadas los más vulnerables.

La búsqueda de medicamentos capaces de hacer frente a la malaria sigue siendo la misión de muchos y, desde hace más de tres décadas, también es la de GSK. Lo hacen desde su centro de I+D de Tres Cantos el único centro privado de investigación a nivel nacional especializado en investigar las enfermedades que afectan a los países más desfavorecidos.

Nadie dijo que fuera fácil. Luchar contra la malaria es un arduo proceso y un gran desafío. Por un lado, acabar con el parásito Plasmodium falciparum, el más mortífero de todos, que tiene total adaptabilidad al organismo humano y gran capacidad para huir de los ataques del sistema inmune. Por otro, el acceso a las actuaciones disponibles, teniendo en cuenta que la malaria tiene mayor impacto en localizaciones poco desarrolladas, donde es más difícil hacer llegar una solución, tanto preventiva como la instalación de telas mosquiteras como de tratamiento a través de la atención médica.

La primera vacuna contra la malaria

En 2015, en el marco de la Asamblea Mundial de la Salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se propuso, de cara a 2030 y como uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, abordar y reducir los casos de malaria y las muertes en, al menos, un 90%. Seis años después de esa promesa, en octubre de 2021, la OMS aprobó, por primera vez, el uso de una vacuna contra parásito que la provoca esta enfermedad. En el programa piloto basado en la administración de más de dos millones de vacunas se logró reducir en un 30% los casos de paludismo grave. Un hito en la historia de la medicina y de la salud global.

Misión Malaria

Por parte de GSK, cuentan con un equipo de investigadores sigue trabajando día a día para avanzar y hacer frente a la malaria y otras enfermedades que afectan a los países y poblaciones mas desfavorecidas. En el caso de la malaria, la misión de todos es clara: luchar contra la enfermedad para que algún día podamos hablar de ella en pasado.

La finalidad de este contenido es únicamente informativa y no ofrece asesoramiento médico. En caso de duda, por favor, acuda a su médico