En GSK contamos con más de 25 años de trayectoria en el ámbito de la I+D, donde hemos logrado muchos avances. En relación con la malaria, seguimos investigando para hallar la forma de inmunizar frente a esta enfermedad, pensando principalmente en los niños y mujeres embarazadas de los países del África Subsahariana. Allí, la malaria es endémica y es la razón por la que nuestra vacuna está diseñada para ayudar a defenderse del parásito tan pronto como entre en el torrente sanguíneo de la persona infectada. La vacuna se inyecta en el músculo y tiene dos componentes principales: el antígeno, que activa el sistema inmunológico humano para producir anticuerpos contra el parásito de la malaria para que luchen contra la infección y el sistema de adyuvantes, que mejora la respuesta del sistema inmunológico al antígeno. De esta manera, se estimulan las células del sistema inmune para desarrollar anticuerpos que permanezcan en el torrente sanguíneo y así reducir futuras invasiones de parásitos y atacar las formas hepáticas infectadas para limitar la capacidad del parásito de madurar y reproducirse.
Colaboración abierta para un futuro sin malaria
Desde GSK, nos esforzamos cada día para investigar nuevos tratamientos y medidas de prevención para lograr combatir la malaria. Contamos con un programa de investigación y desarrollo que nos permite colaborar con las universidades más prestigiosas y centros de investigación más punteros para avanzar en el tratamiento esta enfermedad, con el objetivo de acabar con ella algún día.
En nuestro Centro de I+D de Tres Cantos seguimos el modelo innovación abierta, que permite trabajar a investigadores externos en las instalaciones de GSK en Tres Cantos y, gracias a la Fundación Tres Cantos Open Lab, se financian tanto instituciones públicas como privadas para que puedan trabajar en los laboratorios de nuestro centro e investigar enfermedades que afectan a países en desarrollo como la malaria.