La seña de identidad de GSK Aranda son las personas, ya que sin ellas no habría sido posible estos 40 años de investigación, desarrollo e innovación responsable. Por eso, Alexia explica que trabajar en el mismo lugar que su padre “se afronta con gran ilusión, además de suponer un gran reto para mí. Tener la oportunidad de tomar el relevo y trabajar en la misma fábrica que tanto ha supuesto en la vida de mi padre pudiendo ser parte de este proyecto como lo ha sido él”.
Además, Alexia valora así su andadura en la Compañía: “Durante este tiempo, he tenido la oportunidad de desarrollarme en diferentes puestos gracias a los que he adquirido una gran experiencia y versatilidad, estando muy agradecida a todos aquellos que han apostado por mí”, a lo que Alejandro, su padre, añade el valor “de sus envidiables instalaciones y entorno de trabajo, así como los beneficios sociales que brinda a sus empleados”.
Mirando hacia el futuro
Desde GSK, estamos comprometidos con la innovación responsable, y la fábrica de GSK en Aranda es todo un referente en esta cuestión. Para Alexia se trata de un elemento clave para mejorar la productividad y ser más competitivo, “aplicando las nuevas tecnologías de manera responsable y sin olvidar la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente.”
Cuando se le pregunta sobre el futuro, Alexia ve con optimismo la evolución de la fábrica de Aranda, pues considera que es una de las empresas modelo del grupo, “halagada por todos aquellos que nos visitan y evalúan.” Por ello, dice: “estoy segura de que sabremos afrontar el futuro de forma responsable para lograr continuar adelante y seguir creciendo como Compañía”.