En este sentido, dado que el asma es una enfermedad crónica, es imprescindible que, tanto pacientes como profesionales sanitarios, realicen un correcto seguimiento del asma para mantener el buen funcionamiento de los pulmones y mejorar así la calidad de vida de las personas que conviven con las dolencias y molestias frecuentes de esta patología: tos, sibilancias o pitidos a la hora de respirar, sensación de fatiga o ahogo, dolor u opresión en el pecho, disnea o limitación de la actividad física.
¿Qué significa tener el asma controlada?
A día de hoy, no existe una cura para el asma. Sin embargo, esta enfermedad puede controlarse mediante determinadas estrategias de control que pueden ayudar a prevenir o aliviar sus síntomas, y a través del aprendizaje sobre cómo actuar frente a las crisis de asma. Así pues, las personas asmáticas pueden aprender a identificar los síntomas que desencadenan un episodio asmático y familiarizarse con las medidas para mantener el asma controlada.
De acuerdo con las Pautas para el Diagnóstico y el Control del Asma, publicadas por el National Heart, Lung, and Blood Institute, el paciente asmático debe ser capaz de:
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Identificar y evitar, en la medida de lo posible, el contacto con los posibles desencadenantes de episodios de asma como, por ejemplo, alérgenos, irritantes o el humo del tabaco.
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Seguir la estrategia de control según las pautas debidamente marcadas por el profesional sanitario.
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Reconocer los síntomas que indican el empeoramiento del asma, tales como despertarse durante la noche o bien detectar limitaciones para llevar a cabo las actividades diarias como ir a trabajar o ir a la escuela.
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Saber qué hacer cuando el asma empeora.
¿Y en su día a día, cómo puede una persona asmática comprobar si tiene la enfermedad bajo control? Por ejemplo, si durante el día puede certificar que no tiene tos, no le falta el aire, no tiene pitidos y que no sufre agudizaciones o crisis de asma, querrá decir que tiene su asma controlada. ¿Y por la noche? Muy similar: si no se despierta en mitad de la noche por el asma, no tiene tos, descansa bien y no sufre agudizaciones o crisis de asma, tiene la enfermedad bajo control.
Con este planteamiento, se muestran conceptos relevantes que indican qué es y qué no es control del asma.