Asimismo, formamos a todos los empleados de la compañía sobre qué es un acontecimiento adverso, qué información mínima deben recoger cuando tienen conocimiento de un acontecimiento adverso, y la obligación de notificarlo a la Unidad de Farmacovigilancia en 24 horas.
¿Qué es una reacción adversa a medicamentos (RAM)?
Para hablar de reacción adversa debe existir una relación causal. Por ello, debemos distinguir entre lo que es un acontecimiento adverso (cualquier experiencia clínica no deseada que le ocurra a un sujeto, que tiene una relación temporal con la exposición a un medicamento, y que puede estar relacionada o no con dicho medicamento) y lo que es una reacción adversa, que es cualquier respuesta nociva y no intencionada a un medicamento. Así pues, cuando hablamos de reacción adversa significa que la causa es el medicamento.
Evaluar un acontecimiento adverso para saber si es o no una reacción adversa no es tarea sencilla, porque intervienen otros muchos factores. En muy pocos casos se tiene total certeza, es por ello que nos movemos en el terreno de las probabilidades y decimos frases como: “no se descarta que la causa sea el medicamento”.
Una vez recibidas las notificaciones, ¿cómo procesáis y evaluáis la información?
Nos ponemos en contacto con el notificador (profesional sanitario o paciente) para documentar el caso con toda la información disponible y conocer bien las características del evento. A continuación, introducimos toda la información en una base de datos, lo cual permite realizar periódicamente lo que llamamos en Farmacovigilancia detección de señales, para saber si de ese mismo fármaco se está notificando un mismo evento con más frecuencia de la esperada. Con ello, elaboramos informes que se ponen en conocimiento de las Autoridades Sanitarias españolas (AEMPS) y europeas (EMA) así como de las autoridades sanitarias internacionales donde el medicamento esté autorizado. Si se detectan nuevas reacciones adversas, se incluyen en la ficha técnica del producto y si la relación beneficio-riesgo deja de ser positiva, el medicamento puede llegar a retirarse del mercado. Ahora bien, antes de llegar a ese punto, hay alternativas como medidas de minimización del riesgo, que se ponen en marcha para garantizar un manejo seguro de una determinada reacción adversa.