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Anemia y enfermedad renal crónica, ¿qué relación existe entre ambas?

Nos preocupamos por el colesterol y la tensión, pero normalmente prestamos poca atención al estado de nuestros riñones. La enfermedad renal crónica (ERC) es un importante problema de salud pública a nivel mundial que afecta a más del 10% de la población española y se asocia directamente a un mal pronóstico, a un elevado consumo de recursos en el sistema sanitario y a la coexistencia de enfermedades (lo que se conoce como comorbilidad).

Una de las complicaciones más habituales de la enfermedad renal crónica es la anemia, según nos explica María Jesús Puchades, nefróloga en el Hospital Clínico Universitario de Valencia. “Un problema que está infradiagnosticado por la falta de visibilidad y concienciación tanto a nivel sanitario como social”, complementa el doctor Aleix Cases, nefrólogo y profesor asociado de la Universitat de Barcelona.

La enfermedad renal crónica (ERC) afecta al 10% de los españoles

En ocasiones, los riñones no depuran adecuadamente la sangre, con la consiguiente acumulación de metabolitos que pueden afectar a la salud de otros órganos. Es una disfunción que en medicina conocemos como enfermedad renal crónica y que en fases avanzadas requiere un tratamiento sustitutivo renal mediante diálisis o trasplante para mantener las funciones vitales.

La anemia asociada a la ERC suele hacer acto de presencia en las fases más avanzadas de la enfermedad. Puchades nos concreta que es “cuando el filtrado glomerular -la medida que se emplea para valorar la función renal- baja de los 30ml/min”. Esta medida ubica al paciente en un estadio 4 de la enfermedad, muy cercano a la fase 5, en la que ya se necesita diálisis. Aun así, es posible detectar “déficit de hierro y ciertos grados de anemia en algunos pacientes en fases más tempranas”, asegura la doctora.

Igual que en una anemia común, la doctora Puchades nos explica que “el principal síntoma es la astenia, pero también aparece dificultad de concentración, disnea o apatía”. Además, añade que “estudios poblacionales han demostrado que la anemia se asocia a una disminución en la calidad de vida y que su tratamiento revierte esta situación”.

Y es que detectar la enfermedad en sus fases más iniciales es importante, pues la anemia es un “multiplicador de riesgos”, según el doctor Cases, quien relaciona la anemia por ERC con un mayor riesgo cardiovascular y de progresión de la enfermedad renal, y añade que “la presencia de anemia multiplica por 2,7 veces las posibilidades de enfermedad coronaria”.

¿Cuáles son los factores de riesgo más comunes?

Los principales factores de riesgo a la hora de desarrollar una anemia asociada a la enfermedad renal crónica son, según Puchades, “la disminución del filtrado glomerular, la edad, el sexo femenino y la presencia de otras comorbilidades como la diabetes o patología cardíaca”. Añade que “en hemodiálisis es mucho más frecuente diagnosticar anemias porque la propia técnica implica punciones repetidas y un circuito extracorpóreo varias veces a la semana de forma crónica, por lo que estos pacientes cuentan con pérdidas sanguíneas intermitentes”.

¿Cómo saber si presento anemia?

Según la doctora Puchades, la anemia tan solo se puede diagnosticar a través de un hemograma, evaluando los niveles de hemoglobina, si los resultados están “por debajo de 13 g/dl en hombres o de 12 g/dl en mujeres”. Con el hemograma obtenemos más información y podremos completar el diagnóstico y saber qué déficits podremos presentar.

“Un estudio sueco apunta que el 90% de la población tratada con hemodiálisis presenta anemia”

¿Hay manera de prevenir la anemia asociada a la ERC?

La aparición de anemia es prácticamente inherente a la progresión de la enfermedad renal crónica. Y, además, explica el nefrólogo catalán que “no se trata de una anemia en su concepto clásico, ya que no mejora comiendo ciertos alimentos o siguiendo el tratamiento habitual”.

La doctora Puchades asegura que este hecho implica que se haga “un seguimiento de los pacientes para detectar los factores que contribuyen a la anemia y corregirlos”. Un claro ejemplo serían el hierro, el índice de saturación de transferrina y la ferritina; ambos parámetros nos indican cómo está el ‘ferrico’ en los pacientes.

3 pasos para hacer frente a la anemia asociada a la ERC: detección temprana, abordaje precoz e inicio del tratamiento

Las grandes epidemias “silentes”

Según María Jesús Puchades, “las grandes epidemias “silentes” del siglo XXI como la diabetes, la obesidad y hábitos de vida poco saludables contribuyen, en gran medida, al aumento de enfermedad renal. Todo esto unido al envejecimiento de la población contribuye a que los pacientes en consultas de nefrología aumenten año a año de forma exponencial”. Poniendo la lupa sobre algunos casos en concreto, el doctor Cases apunta que “hasta el 40% de los pacientes con diabetes tipo 2 desarrollarán ERC”.

Ante cifras de esta magnitud, los dos especialistas coinciden en que el sistema sanitario debería ofrecer la cobertura necesaria, empezando por la información, ya que “a nivel general, la gente piensa que es una patología poco prevalente, pero en realidad afecta al 15% de la población española”. Unos pacientes que, según el especialista Cases, “ven mermadas sus capacidades cognitivas y también físicas que les provoca la anemia por ERC”.

Para poder hacer una detección temprana, conseguir un abordaje precoz de la patología e iniciar el tratamiento, el doctor Aleix Cases indica que “lo más importante es la cooperación entre distintos especialistas”. Ya hace tiempo, explica, “se firmó un documento de consenso entre sociedades científicas de medicina de familia y especialistas en nefrología para contar con un algoritmo que permita manejar y derivar a Nefrología correctamente a los pacientes con ERC y anemia”. Se lamenta que la difusión de este documento no fue óptima y aboga por “retomar el trabajo conjunto para beneficiar al paciente final”. Una forma de trabajar que, de la mano de “innovaciones y mayor empeño en controlar factores de riesgo como la obesidad y la diabetes, puedan frenar el progreso de la enfermedad”.

La finalidad de este contenido es únicamente informativa y no ofrece asesoramiento médico. En caso de duda, por favor, acude a tu médico.