¿Qué tipo de enfermedades se inician o se potencian durante esta etapa?
La mayoría de las patologías que afectan a los jóvenes se deben a su desarrollo biológico (acné, dismenorrea, escoliosis, infecciones, anemia…), su desarrollo mental (problemas psiquiátricos o de salud mental), su desarrollo afectivo, emocional o social (uso de drogas, conducta sexual de riesgo que conduce a ITS, violencia, maltrato, accidentes, etc.). La mayoría de estas conductas de riesgo son prevenibles, y de ahí la importancia de la actuación responsable por parte de los profesionales del sector sanitario.
Muchas veces tratar con adolescentes puede resultar complicado. ¿Cómo se puede empatizar con ellos para que valoren la importancia de la salud en este período?
Sin duda, la mejor herramienta para acercarse al colectivo joven es la entrevista clínica y, de esta forma, establecer con él una buena relación de confianza para que acudan al profesional siempre que lo necesiten. Para ello, es preciso que el profesional tenga interés, respeto, conocimiento (características de su desarrollo, sus problemas, conductas, riesgos y formas de enfermar), dedicación y tiempo. También es importante mantener la privacidad, la intimidad y la confidencialidad, así como contar con su opinión y con la de la familia y los amigos.
En cuestión de inmunización, ¿frente a qué deben estar prevenidos los adolescentes antes de pasar a ser atendidos por Medicina de Familia en lugar de por su pediatra?
En los controles de salud, el pediatra debe controlar el cumplimiento del calendario vacunal durante la infancia y registrar las vacunas administradas en el libro de vacunas que el adolescente llevará siempre consigo. Asimismo, debe asegurarse la vacunación frente a la hepatitis B de los no vacunados previamente, la vacunación triple vírica de los no vacunados con dos dosis y la vacunación de la varicela a los susceptibles, es decir, a los no vacunados, a los que solo han recibido una dosis, o a aquellos que no han experimentado la enfermedad. Por otro lado, los profesionales del sector sanitario siempre deben recomendar el calendario de inmunización «de máximos», es decir, el que ofrece la máxima protección con las vacunas disponibles.