Se trata del primer centro de investigación en humanidades digitales de España. ¿Qué supone para ti ser líder en este campo?
Ser pionero es muy positivo cuando las cosas salen bien, pero también hay que luchar contra muchas barreras En los campos donde la tecnología es una disrupción, es muy difícil conseguir que la gente pase a utilizar herramientas tecnológicas y deje a un lado las soluciones analógicas que estaba utilizando hasta el momento. Ayudar a las personas a superar el miedo a la tecnología ha sido el principal reto y leitmotiv de toda mi carrera. Mi papel es hacer de traductora entre el mundo tecnológico y el mundo real de campos que aún no están digitalizados.
¿Qué referentes y roles de mujeres te han ayudado a empoderarte a lo largo de tu carrera?
Ada Lovelace, la primera programadora y pionera en este campo. Pero en general me han ayudado tanto referentes de hombres como de mujeres. Lo que más me ha inspirado han sido los perfiles interdisciplinares o rompedores de personas que, aun trabajando en tecnología, no han tenido miedo a pasarse a otros campos y dedicar parte de sus energías a explorar nuevas ideas. Haber sido elegida una de las 100 mujeres líderes de España en el ranking “top 100” por tres años consecutivos me ha ayudado también a conocer a mujeres increíbles e inspiradoras de las cuales he cogido ideas y fuerza para poder asumir nuevos retos.
La visión computarizada es un proceso complejo que todavía está en fase de desarrollo en muchos sectores. ¿De qué manera puede revolucionar el ámbito de la salud?
Con las redes neuronales y las tecnologías de inteligencia artificial sobre imagen se han conseguido muchos resultados en temas de reconocimiento e identidad digital. En el campo de la salud, el desarrollo de la tecnología está ya en un punto bastante avanzado. Sin embargo, aún falta por ver la aplicación real a la industria de forma mucho más extensiva y generalizada y ampliar a distintos casos de uso.
¿Una máquina puede adoptar hábitos y actitudes humanas?
No queremos que las máquinas sean un sustituto de los seres humanos. Sin embargo, pueden ayudar a las personas a llevar a cabo sus tareas. Como decía Marvin Minsky, “los robots heredarán la tierra, pero nosotros seremos sus padres”. Hoy en día hay muchas cosas posibles a nivel tecnológico, pero las máquinas por sí solas no tienen comportamiento ni sesgos: somos nosotros quienes las programamos con algoritmos para que se comporten de una determinada manera.
¿Cómo se enseña a las máquinas a entender y ver imágenes?
Con sistemas de reglas y modelos, la aplicación de algoritmos complejos y la combinación de modelos entrenados por datos supervisados y no supervisados entrenados con datos, a través de los cuales la máquina ya tiene la información necesaria para funcionar sin necesidades, en algunos casos, de un input humano. La cantidad de datos que hoy en día tenemos almacenados en la nube, unidos a la potencia del hardware disponible, permiten que los algoritmos puedan aplicarse a tiempo real realizando un análisis automático de imágenes y datos.