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40 años y sumando: la lucha contra el VIH

Imagina que intentas encontrar un tratamiento para una enfermedad, pero no sabes realmente de qué se trata. Este era el reto al que se enfrentaban los investigadores a principios de los años ochenta, cuando se detectaron afecciones raras y a menudo intratables entre la comunidad de HSH (hombres que tienen sexo con hombres), pero se sabía poco sobre el motivo.

Se considera que el inicio oficial de la epidemia de SIDA fue en junio de 1981, cuando el Morbidity and Mortality Weekly Report (Informe Semanal sobre Morbilidad y Mortalidad) señaló que una neumonía poco frecuente, que generalmente se observaba en pacientes gravemente inmunodeprimidos, se estaba identificando en HSH previamente sanos. Sin embargo, pasaron varios años antes de que se identificara el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) como la causa subyacente.

Marty St. Clair, una viróloga que trabajaba para Burroughs Wellcome en aquella época, recuerda el escepticismo en torno a la posibilidad de encontrar un tratamiento: “La comunidad científica no creía que fuera posible descubrir un agente que fuera efectivo contra el VIH”.

Pero Marty y sus compañeros de Burroughs Wellcome -empresa predecesora a GSK- estaban listos: contaban con amplia experiencia en virología, un historial de éxito en el desarrollo de medicamentos antivirales y una red establecida de relaciones con expertos de todo el mundo. De hecho, el grupo desarrolló el primer medicamento para el tratamiento del VIH y el sida, que fue aprobado en Estados Unidos el 19 de marzo de 1987.

“La comunidad científica no creía que fuera posible descubrir un agente que fuera efectivo contra el VIH”

La carrera por encontrar un tratamiento

Una vez que se identificó la causa del SIDA como un retrovirus (VIH), se facilitó la búsqueda de un tratamiento eficaz. No obstante, los retrovirus son difíciles de eliminar.

Los científicos de Burroughs Wellcome iniciaron con urgencia la búsqueda de un posible nuevo medicamento para tratar el VIH y el SIDA. Se sometió a miles de candidatos potenciales a pruebas de cribado: los científicos probaron todos los antivirales comercializados por Burroughs Wellcome y los medicamentos en fase de investigación tardía, además de profundizar en sus laboratorios de investigación en búsqueda de cualquier compuesto que pudiera tener alguna posibilidad de ser activo frente al VIH. El cribado comenzó en junio de 1984 y en noviembre de ese mismo año ya se había identificado un candidato.

Marty recuerda cuando vio por primera vez los resultados de la prueba de detección de lo que se convertiría en el primer fármaco frente al VIH. Pensó que había estructurado el experimento de forma incorrecta porque los resultados eran muy sorprendentes. Aun así, cuando repitió el experimento los resultados fueron los mismos: el primer paso para hacer llegar un tratamiento a los pacientes se había cumplido.

"Lo recuerdo bien", dijo Marty. "Miré mi primer ensayo y todas las concentraciones que observé impedían la replicación del virus al 100%. Sabía que era importante, pero no creo que supiera cómo de importante".

El desarrollo de medicamentos para humanos es un proceso largo que puede durar hasta 10 años o más y que suele implicar a miles de pacientes. En junio de 1984, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informaron de 4.918 casos de SIDA en EE.UU. con 2.221 fallecimientos. En noviembre de 1984, la cifra había aumentado a 6.993 casos de SIDA y 3.342 muertes. La necesidad de un nuevo medicamento, pues, era urgente.

“El desarrollo de medicamentos para humanos es un proceso largo que puede durar hasta 10 años o más y que suele implicar a miles de pacientes”

A mediados de 1985 se iniciaron los ensayos clínicos en humanos para evaluar la seguridad del tratamiento y, a principios de 1986, se inició un ensayo clínico más amplio para evaluar la eficacia y la seguridad en comparación con el placebo. En septiembre de 1986, una junta de supervisión independiente detuvo el ensayo y recomendó que todos los pacientes recibieran el fármaco tras comprobar que 16 pacientes del grupo del placebo habían fallecido, mientras que sólo 1del grupo que había recibido el tratamiento lo había hecho.

La rapidez con la que el tratamiento pasó de ser un medicamento en fase de investigación a un medicamento aprobado habla de la dedicación de las numerosas personas implicadas: investigadores, agencias reguladoras, personas que viven con el VIH y sus familias. La presentación reglamentaria completa a la FDA se hizo en diciembre de 1986 y el medicamento fue aprobado como tratamiento para el VIH en marzo de 1987.

El impacto para los pacientes fue enorme, recuerda Marty: "No era una cura y hoy estamos mucho mejor. Pero fue el primero y dio esperanza a la gente".

La lucha contra el VIH continúa

Casi cuatro décadas después, en GSK seguimos trabajando para encontrar nuevas formas de tratar y prevenir el VIH a través de ViiV Healthcare, compañía global especializada en el VIH que es propiedad mayoritaria de GSK, con Pfizer Inc. y Shionogi Limited como accionistas. ViiV Healthcare nació de una asociación entre GSK y Pfizer en 2009, a la que se unió Shionogi en 2012 tras una larga colaboración con GSK en el desarrollo conjunto de varios nuevos inhibidores de la integrasa, un familia de fármacos antirretrovirales que ayuda a detener la replicación del VIH.

Desde entonces, los científicos de ViiV Healthcare se han esforzado por encontrar nuevas formas de limitar el impacto del VIH en las 38 millones de personas que viven con el virus en todo el mundo, identificando nuevas soluciones terapéuticas que incluyan candidatos a fármacos antirretrovirales con mecanismos de acción únicos.

“ViiV Healthcare trabaja por encontrar nuevas formas de limitar el impacto del VIH en las 38 millones de personas que viven con el virus en todo el mundo”

En 2015, ViiV Healthcare estableció una innovadora asociación público-privada con la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y Qura Therapeutics. Juntos, establecimos el Centro de Curación de la UNC, que se centra en los últimos enfoques científicos para combatir el VIH. Esto incluye el trabajo de investigación sobre “Induce and Reduce”una estrategia que intenta hacer visible para el sistema inmunitario cualquier VIH oculto y trata de potenciar el sistema inmunitario del paciente para combatir el virus.

Y casi cuarenta años después, Marty sigue trabajando para encontrar nuevas formas de tratar y prevenir la transmisión del VIH, en su papel como directora clínica de ViiV Healthcare. Hoy en día se muestra optimista respecto a los avances realizados en el tratamiento del VIH y a las perspectivas de innovación en este campo: "Es un momento esperanzador: prácticamente hemos mejorado la vida a la gente”.

Puedes acceder aquí al artículo original publicado en Behind the Science.