Un huerto solar para cuidar del planeta

El principal objetivo de GSK para finales del año 2030 es impactar positivamente en la salud de más de 2.500 millones de personas. Así se refleja en los objetivos de sostenibilidad de la compañía, que está trabajando para lograr un impacto neto cero en el clima y un impacto neto positivo en la naturaleza con metas ambiciosas establecidas para 2030 y 2045.

Estos objetivos están alineados con los objetivos fijados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la Agenda 2030.

Un huerto de placas solares

Un claro ejemplo de este compromiso se ve en la reciente instalación de un huerto solar en la planta que GSK tiene en Aranda de Duero, un ambicioso proyecto que ha convertido el aparcamiento de la planta y una zona situada en el terreno final de la parcela en un potente generador de energía con más de 6.000 placas solares. La inversión de más 4 millones de euros en este huerto ha sido una fuerte apuesta por la sostenibilidad, algo que confirma su compromiso de tener un impacto neto cero en el clima y un impacto neto positivo en la naturaleza.

Y es que la estrategia de sostenibilidad de la compañía es clara: minimizar su impacto ambiental a través de, por ejemplo, la reducción de las emisiones de carbono y realizando importantes inversiones en energías renovables.

En este sentido, gracias al huerto solar podrán generar más de 5.700 MWh al año en energía renovable, lo que supone un 30% del consumo energético actual de la planta arandina y una reducción de casi 1500 toneladas de Co2 que dejan de emitir. 

Tecnología y sostenibilidad

Además, el centro de producción de GSK en Aranda de Duero es pionero en muchos ámbitos, como el tecnológico. Aúnan tecnología y sostenibilidad en su trabajo diario ya que el uso de la tecnología supone una reducción del desperdicio, no solo en cuanto a residuos, sino también en cuanto a tiempo, consiguiendo una mayor efectividad.

En la planta de GSK de Aranda de Duero logran ser más sostenibles gracias a la fabricación inteligente, que se consigue mediante la combinación de estrategias y maquinarias capaces de generar datos y definir trayectorias de fabricación óptimas. Un ejemplo es el “Golden Batch”, una herramienta que utiliza el aprendizaje automático para optimizar la etapa de compresión dentro del proceso de fabricación de un comprimido. De esta manera, consiguen reducir el tiempo del ciclo de fabricación y disminuir el desperdicio manteniendo la calidad del producto.

Un compromiso constante con el medioambiente

Por otro lado, se han tomado más medidas a nivel energético y medioambiental que han permitido la disminución acumulada de un 11% en su consumo de energía (electricidad, gas natural y gasoil) a lo largo de los últimos 15 años, todo ello conseguido en un periodo de aumento de la actividad y expansión de las instalaciones.

En 2021, las inversiones realizadas en materia medioambiental directamente enfocadas hacia la reducción del consumo de energía en la planta superaron los 200.000 euros, con los que se pusieron en marcha mejoras en los procesos productivos, con maquinaria e instalaciones más eficientes desde el punto de vista energético.

Durante los últimos años, se han implementado otras medidas, como las estaciones de carga para vehículos eléctricos o el aumento de la circularidad de los residuos generados.

Su compromiso es claro y las metas que se fijan cada año para alcanzar ese impacto neto cero en el clima e impacto neto positivo en la naturaleza para 2030 y 2045 van en la buena dirección.